martes, 13 de abril de 2010

Adaptarse o morir

Sin ningún lugar a dudas vivimos tiempos difíciles. Días en los que las fronteras cambian de ubicación de un minuto para otro: días de iphone, días de epub, días de ipad. Pero…, por encima de todo es tiempo de editores. ¿O mejor debería decir tiempo de ausencia de e-ditores?

En 1943 el sicólogo estadounidense Abraham Maslow
formuló una jerarquía de necesidades humanas en la que, según su parecer, conforme se satisfacían las necesidades de supervivencia, los seres humanos desarrollaban necesidades y deseos de crecimiento personal. La idea básica de esta clasificación se plasmaba en una pirámide en la que las necesidades más altas ocupaban nuestra atención sólo cuando se habían satisfecho las necesidades inferiores.


Los editores pasamos nuestros días entre autores visionarios, tecnólogos románticos y libreros ilustrados. Hasta la fecha, desde un sector tan egocéntrico como el editorial únicamente nos hemos cuestionado preguntas relacionadas con nosotros mismos: ¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos? y, sobre todo, ¿a dónde vamos? Es decir, nos hemos centrado en fuerzas regresivas que empujan nuestras inquietudes hacia las necesidades más básicas de la parte inferior de la pirámide. Dentro de la fiesta que supone la edición digital los editores nos hemos comportado como el invitado que llega tarde a la misma e intenta ponerse a tono lo más rápidamente posible para no desentonar, sin preocuparle lo más mínimo qué es lo que se celebra.

En mi opinión, el futuro de la e-dición gira alrededor de una palabra clave: Reconversión. La experiencia me dice que la verdadera revolución es la que empieza por uno mismo. Parafraseando al trigésimo quinto presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, podríamos decir: “No nos preguntemos qué puede hacer la edición digital por nosotros, preguntémonos que podemos hacer nosotros por la edición digital. Sólo así conseguiremos que, al menos por nuestra parte, las fuerzas de crecimiento den lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía de la famosa pirámide.

No hay comentarios:

Publicar un comentario