lunes, 20 de septiembre de 2010

Good By, Bruguera!

El próximo martes 21 de septiembre se celebra el centenario de la fundación de la editorial Bruguera, creada originalmente en 1910 por Joan Bruguera Teixidor con el nombre de El Gato Negro. Como mis improbables lectores sabrán, el Grupo Zeta -actual propietario de la editorial- anunció el pasado mes de mayo su cierre (parece que esta vez definitivo) a finales de 2010 o principios de 2011. Da pena ver cómo desaparece un trocito de la historia editorial española y, por qué no decirlo, un pedacito de la historia sentimental de un servidor. En estos tiempos de dura crisis me rompe el corazón ver cómo cierra sus puertas una editorial que en sus mejores momentos llegó a tener 1.500 empleados, entre los que se encontraban gran número de represaliados tras la Guerra Civil española. Por sus oficinas desfilaron grandes dibujantes como Ambrós, Ibáñez, Peñarroya, Conti, Escobar, Raf, Cifré o Vázquez. Genios de la plumilla que crearon fabulosos personajes inspirados en la vida cotidiana como Mortadelo y Filemón, Rompetechos, Carpanta, el tío Vázquez, Anacleto, Zipi y Zape, las hermanas Gilda o 13, Rue del Percebe, entre otros muchos.

Mi infancia y la de otros muchos niños de varias generaciones transcurrió con los tebeos de Bruguera. Sus páginas alimentaron mi ilusión y fantasía haciéndome olvidar la España en blanco y negro en la que crecí. La editorial barcelonesa fue una fábrica de viñetas a través de cuyas ventanitas podíamos ver pasar la vida de la casposa sociedad española de las décadas de 1960 y 1970. Publicaciones como Tío Vivo, DDT, Magos del Humor, Pulgarcito, El Capitán Trueno o Jabato, sin olvidarnos de Historias Selección, Joyas Literarias Juveniles o Bolsilibros, supieron transmitir el gusto por la lectura a las clases más populares de la sociedad española.

En la actualidad el cómic se ha convertido en algo más elitista ya que, en mi opinión, está enfocado a un público más adulto. Es cierto que el tiempo de los jóvenes es ahora más limitado. Además, hoy en día hay mucha más competencia: la televisión, las videoconsolas o Internet en sus diversas fórmulas de consumo. No obstante, editoriales estadounidenses especializadas en cómic como Marvel
, DC Comics o Image Comics han sabido ponerse al día y ya disponen de aplicaciones para disfrutar de las aventuras de sus superhéroes a través de iPhone o iPad. Asimismo, recientemente han aparecido nuevas iniciativas como la de Izneo, plataforma francesa especializada en la venta de cómics en formato digital que permite su alquiler on-line.¿Qué ha sucedido en España? ¿Por qué no hemos sabido adaptar ese patrimonio cultural a las nuevas tecnologías? Si algo me gustaba de Bruguera era la capacidad de actualizar sus personajes a lo que acontecía en el día a día. Recuerdo historietas como El atasco de influencias en la que se hablaba del tráfico de influencias entre familiares de la clase política española. Está claro que mis héroes de la infancia no llegarán a ver esa dulce convivencia del papel y el bit de la que algunos medios hablan. Me tendré que conformar con la reedición de los mismos a través de coleccionables. Menos da una piedra.
¡Gracias por todo y hasta siempre, Bruguera!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué no hemos sabido adaptar ese patrimonio cultural a las nuevas tecnologías?
Esa es la pregunta clave de tu artículo. España es la cuna de las editoriales en español pero si no se adaptan a los tiempos del siglo XXI quedarán en el olvido.
Es preocupante y una pena

José Cruz Rodríguez dijo...

He ahí la clave. Tenemos un potencial editorial increible, un idioma que nos permite llegar casi a cualquier parte del planeta y nos dedicamos a llorar por las esquinas. Realmente da pena. No soy para nada religioso pero me viene a la mente la parábola de los talentos. Si es verdad eso de que deberíamos producir al máximo según los talentos que hemos recibido lo llevamos claro si seguimos perdiendo oportunidades. Lo malo es que lo que nos espera es el llanto y el rechinar de dientes.

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